© Juan José Segura Pastor
Sin duda el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas es el lugar ideal para filmar todo tipo de naturaleza salvaje. La razón es muy sencilla: mientras nosotros tratamos de mimetizarnos con la naturaleza, los animales van "civilizándose" y confiando en el ser humano. He de confesar una cosa: nosotros no encontramos a este ejemplar de Zorro rojo, la verdad es que fue él el que nos encontró a nosotros. Llevábamos casi 15 kilómetros andando por el maravilloso río Borosa en el Parque natural de las Sierras de Cazorla Segura y las Villas. Habíamos partido temprano, gracias a ello estuvimos solos en la Cerrada de Elías pudiendo tomar buenos planos de ese magnífico lugar. La subida hasta el nacimiento también fue espectacular sobre todo cuando te vas enfrentando a la gran pared aparentemente infranqueable. La tranquilidad se acabó cuando llegamos al nacimiento y encontramos a toda la gente que había subido con los vehículos todo terreno de los guías. Compartiendo el espació con todos los visitantes tratamos de disfrutar de los borbotones del nacimiento del río. Como teníamos previsto y para despejarnos del gentío decidimos continuar camino hasta la laguna de Valdeazores. Acompañados de pinos larícios, bojes, tejos y acebos pasamos por la zona en donde aparcan los guías sus todoterrenos, siete u ocho habrían allí estacionados. En el tiempo que disfrutamos de estos paisajes entre lagunas fueron marchándose todos los vehículos. Ya a la vuelta nuestros pasos eran lo único que rompía el paisaje sonoro que componía el parloteo líquido de los jilgueros, el silbar de los ruiseñores bastardos por las marañas de las orillas y el tamborileo de algún pico picapinos lejano. José Manuel, que siempre tiene un ojo puesto en el camino y el otro en el resto del mundo, nos avisó que teníamos un Zorro Rojo delante de nosotros. Rápidamente desenfundamos los equipos de grabación con la pequeña esperanza de captar los últimos instantes de la huida de uno de los mamíferos más escurridizos de la península ibérica. Yo sabía que eso normalmente nunca acaba bien: salir corriendo detrás de un animal salvaje tratando de grabar unos planos de su huida suele dar como fruto unas tomas infumables y alguna que otra caída que, en el  mejor de los casos,  solo acaba con algún rasguño en el equipo. Pero esto es Cazorla y los anímales aquí son más considerados que en otros sitios. Como recompensa a nuestra absurda persecución vemos a la zorra escondida tras los matorrales y agradeciendo nuestra buena suerte comenzamos a grabar.  El animal que en un principio se mostró huidizo, nos observaba desde su escondrijo. Después de “analizar” la situación unos instantes, el zorro, llegó a la conclusión que éramos seres inofensivos típicos de aquellos lares. Finalmente tomó la decisión de salir a nuestro encuentro para darnos la bienvenida y amonestarnos por el susto que le habíamos dado con nuestras carreras.  A partir de aquí comenzó la exhibición de este cazador oportunista que trató de sacar provecho de nuestro encuentro. El zorro común es el cánido más extendido en Europa, es capaz de adaptarse a cualquier ecosistema y clima. Desde el ártico hasta las zonas más desérticas del viejo continente son el territorio de caza de este depredador solitario. Sus hábitos alimenticios se adaptan también a cualquier circunstancia y pueden consumir insectos, aves, huevos, pequeños mamíferos, bayas y frutas. Tienen el sentido del oído muy desarrollado y son capaces de saltar sobre los pequeños roedores solo guiándose por él. Este vídeo es nuestro pequeño homenaje a este mamífero que ha conseguido colarse en las tradiciones culturales humanas como un animal extremadamente listo y sagaz.

Zorro Rojo

Sin duda el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas es el lugar ideal para filmar todo tipo de naturaleza salvaje. La razón es muy sencilla: mientras nosotros tratamos de mimetizarnos con la naturaleza, los animales van "civilizándose" y confiando en el ser humano. He de confesar una cosa: nosotros no encontramos a este ejemplar de Zorro rojo, la verdad es que fue él el que nos encontró a nosotros. Llevábamos casi 15 kilómetros andando por el maravilloso río Borosa en el Parque natural de las Sierras de Cazorla Segura y las Villas. Habíamos partido temprano, gracias a ello estuvimos solos en la Cerrada de Elías pudiendo tomar buenos planos de ese magnífico lugar. La subida hasta el nacimiento también fue espectacular sobre todo cuando te vas enfrentando a la gran pared aparentemente infranqueable. La tranquilidad se acabó cuando llegamos al nacimiento y encontramos a toda la gente que había subido con los vehículos todo terreno de los guías. Compartiendo el espació con todos los visitantes tratamos de disfrutar de los borbotones del nacimiento del río. Como teníamos previsto y para despejarnos del gentío decidimos continuar camino hasta la laguna de Valdeazores. Acompañados de pinos larícios, bojes, tejos y acebos pasamos por la zona en donde aparcan los guías sus todoterrenos, siete u ocho habrían allí estacionados. En el tiempo que disfrutamos de estos paisajes entre lagunas fueron marchándose todos los vehículos. Ya a la vuelta nuestros pasos eran lo único que rompía el paisaje sonoro que componía el parloteo líquido de los jilgueros, el silbar de los ruiseñores bastardos por las marañas de las orillas y el tamborileo de algún pico picapinos lejano. José Manuel, que siempre tiene un ojo puesto en el camino y el otro en el resto del mundo, nos avisó que teníamos un Zorro Rojo delante de nosotros. Rápidamente desenfundamos los equipos de grabación con la pequeña esperanza de captar los últimos instantes de la huida de uno de los mamíferos más escurridizos de la península ibérica. Yo sabía que eso normalmente nunca acaba bien: salir corriendo detrás de un animal salvaje tratando de grabar unos planos de su huida suele dar como fruto unas tomas infumables y alguna que otra caída que, en el  mejor de los casos,  solo acaba con algún rasguño en el equipo. Pero esto es Cazorla y los anímales aquí son más considerados que en otros sitios. Como recompensa a nuestra absurda persecución vemos a la zorra escondida tras los matorrales y agradeciendo nuestra buena suerte comenzamos a grabar.  El animal que en un principio se mostró huidizo, nos observaba desde su escondrijo. Después de “analizar” la situación unos instantes, el zorro, llegó a la conclusión que éramos seres inofensivos típicos de aquellos lares. Finalmente tomó la decisión de salir a nuestro encuentro para darnos la bienvenida y amonestarnos por el susto que le habíamos dado con nuestras carreras.  A partir de aquí comenzó la exhibición de este cazador oportunista que trató de sacar provecho de nuestro encuentro. El zorro común es el cánido más extendido en Europa, es capaz de adaptarse a cualquier ecosistema y clima. Desde el ártico hasta las zonas más desérticas del viejo continente son el territorio de caza de este depredador solitario. Sus hábitos alimenticios se adaptan también a cualquier circunstancia y pueden consumir insectos, aves, huevos, pequeños mamíferos, bayas y frutas. Tienen el sentido del oído muy desarrollado y son capaces de saltar sobre los pequeños roedores solo guiándose por él. Este vídeo es nuestro pequeño homenaje a este mamífero que ha conseguido colarse en las tradiciones culturales humanas como un animal extremadamente listo y sagaz.

Zorro Rojo